Ayer en la COP20, la Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, la costarricense Christiana Figueres, advirtió al mundo que "no es realista" esperar una solución al problema en la reunión de Lima o en la de París el próximo año. 

En declaraciones recogidas por la agencia noticiosa Reuters, Figueres afirmó que los compromisos que las naciones podrán establecer el 2015 (un borrador de los cuales debe emerger estas semanas en la capital peruana) serán "demasiado débiles" para evitar las peores consecuencias del cambio climático y el calentamiento global. Esos acuerdos, dijo, serán solo parte del "largo camino" en el que el mundo se encuentra; después de ellos habrá que encontrar más severas restricciones a la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) de las que son posibles en este momento.

Las negociaciones climáticas en el marco de las Naciones Unidas se basan en el consenso de mantener el aumento de la temperatura promedio del planeta en 2C o menos por encima de los niveles observados antes de la revolución industrial. Se asume que ello, aunque ciertamente tendrá consecuencias permitirá evitar los peores efectos del cambio climático: intensas olas de calor, inundaciones, desertificación y alza del nivel del mar.

Para Figueres, nada de lo que pueda acordarse en Lima y en París logrará ese objetivo. "Tenemos una idea bastante clara de lo que los países podrán lograr en el corto plazo", le dijo a Reuters, "y no será suficiente para ponernos en la ruta hacia los 2C. No lo conseguiremos con el acuerdo de París. Lo conseguiremos en un plazo más largo".

Hay que observar, además, que el consenso de los 2C es cuestionado por algunos científicos como insuficiente, y por otros como imposible a estas alturas, dado el avance del proceso.

Reuters anota también que el ambiente en la COP20 de Lima se diferencia notablemente del optimismo que rodeó el inicio de la COP15 de Copenhague, en 2009, cuando se esperaba el logro de un acuerdo efectivo para reemplazar al Protocolo de Kyoto y enfrentar seriamente el cambio climático. Las expectativas hoy son mucho menores, como indican las declaraciones de la propia jefa de la CMUNCC.

Entre tanto, no solo es claro que aquellos "peores efectos" del cambio climático son cada vez más observables en el mundo entero, sino que además se ha confirmado que el problema continúa acrecentándose. Esta semana se reportó que el 2014 se perfila como el año más cálido desde que se tiene registro.

A la vista de estos hechos, Figueres recalcó que el objetivo de largo plazo -eliminar por completo la emisión de GEI para el 2100- requerirá dejar al menos tres cuartos de las reservas comprobadas de combustibles fósiles en el subsuelo. "No podemos afrontar el costo de quemarlos", dijo.

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