En la Conferencia sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP 20) que se desarrolla en Lima las negociaciones continúan el fin de semana. Aunque con algunas marchas y contramarchas, los negociadores de todo el mundo buscan esbozar un tratado climático eficaz que reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero a cero este siglo. ¿Qué se puede decir de los primeros cinco días? Aquí algunas reflexiones.
Efecto EEUU-China
Sin duda, el anuncio de estos dos países de querer reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero ha abierto el debate sobre si todos los países debieran hacer lo mismo. Sin embargo, esto no ha cambiado realmente la dinámica tanto en el interior de la sala de negociación, donde los gobiernos no están haciendo muchos progresos. Pero, ojo, no debe sorprender, pues no es raro que no haya certezas durante la primera semana de la COP. Los gobiernos tienen que empezar a aceptar el texto del borrador que se aprobaría en París en algún momento, pero incluso hay debate sobre cómo hacer esto. Y así han pasado los primeros cinco días. De hecho, desde el martes, con la presencia en Lima de los jefes de Estado y representantes gubernamentales de los 195 países todo se acelerará.
Cabe recordar que los países en desarrollo (Like Minded Developing Countries, LMDC), un bloque de ideas afines, representa la mitad de la población mundial y la mayor parte del mundo de los pobres. Es una poderosa fuerza contraria a Estados Unidos y otras naciones ricas. De hecho, el grupo, que incluye a China, India, Pakistán, Arabia Saudita, entre otros, empujó a Estados Unidos y a Europa a hacer recortes de emisiones mucho más grandes y proporcionar una financiación considerable y asistencia tecnológica a sus países miembros.
Costos e inversiones
¿Cuál es una manera justa de dividir los costos y las inversiones necesarias para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero y ayudar a los países a adaptarse al cambio climático? La reducción de emisiones y las contribuciones de ayuda climático están destinadas a ser basada en la responsabilidad relativa para el cambio climático, pero las opiniones difieren sobre cómo traducir un enfoque "justo" en compromisos concretos de los distintos países. También hay tensión sobre si el tratado debe centrarse más en la adaptación, posiblemente mediante la inclusión de las promesas de ayuda financiera y tecnológica para ayudar a las naciones a adaptarse a los efectos del cambio climático que no se pueden evitar.
Fondo Verde
Las promesas de contribuciones financieras al Fondo Verde para el Clima (Global Climate Finance, por sus siglas en inglés) son vistas con escepticismo por algunos de los países menos desarrollados. Los ofrecimientos no han ayudado a la dinámica de negociación tanto como algunos esperaban, aunque no hay que negar que también hay quienes tienen la ilusión de que aquéllos se conviertan en realidad. Algunos gobiernos, incluidos China y Brasil, han hecho el comentario obvio de que US$10 mil millones de los países desarrollados no son suficientes. Otros destacan la necesidad de movilizar el capital privado. Sin embargo, no está claro cómo el Fondo Verde va a hacer esto, sobre todo cuando se trata de la adaptación (es mucho más difícil desarrollar un modelo de negocio o fuente de ingresos para la infraestructura de defensa contra inundaciones que para una eficiencia energética o proyecto de energías renovables).
Modelo brasileño
La propuesta de diferenciación concéntrica de Brasil divide al mundo en tres grupos (en comparación con el habitual modelo 'países desarrollados' y 'en desarrollo'. Según los brasileños, los desarrollados asumirían objetivos absolutos en toda la economía. Los que están en desarrollo podrían contribuir tomando en cuenta su población o PBI; en tanto que los menos desarrollados sólo podrían asumir metas para determinados sectores. En el debate sobre la responsabilidad común pero diferenciada y quién debe asumir qué objetivos, Estados Unidos señala que hay muchos más matices en la diferenciación entre países.
¿Cinco o diez?
Los gobiernos también debaten si el período de revisión de los objetivos de emisiones debe ser cada cinco o diez años. Canadá dijo que debería ser 10 porque como negocio necesita señales de largo plazo.
Incógnita india
India, como una fuente cada vez mayor de las emisiones nocivas, debería hacer un cambio rápido de energía de baja emisión. Su gobierno no ha anunciado lo que está dispuesto a hacer como parte del acuerdo climático.
Las ONG y las fundaciones
Hay muchas que participan en la COP20 y lo que buscan esencialmente es que se implemente una justicia ambiental y social. Son importantes voces no institucionalizados y están muy involucradas en el intento de dar forma a un tratado equilibrado y viable. Por otro lado, hay grupos de inversión, fundaciones y corporaciones importantes, todos ellos con importantes fondos a su disposición, que presionan para la acción inequívoca sobre el cambio climático y defienden el argumento de que enfrentar el cambio climático es una oportunidad y no un castigo económico.
¿Y los más pobres?
¿Cómo deben ser compensados insulares y más pobres gentes por la devastación que ya están experimentando el cambio climático causado por otras naciones? Filipinas y muchos otros quieren esos fondos destinados a "pérdidas y daños" que se proporcionarán en el tratado, mientras que Estados Unidos ha objetado eso.
¿Acuerdo vinculante?
¿El borrador del acuerdo global al que se llegue –el gran objetivo de esta COP– será obligatorio o voluntario? Estados Unidos, por ejemplo, quiere que el pacto sea no vinculante, mientras que la Unión Europa y los países en desarrollo quieren un tratado aplicable.
Los fósiles
Los países ricos en combustibles fósiles –Australia, países de la OPEP, Rusia y Canadá– podrían bloquear cualquier esfuerzo por reducir la demanda de su petróleo, gas y carbón. No en vano, durante la primera semana de esta COP, Australia ha recibido dos veces el 'premio' Fósil del Día que organiza Climate Action Network. Además de decir que no contribuiría al Fondo Verde, recientemente su primer ministro había eliminado el impuesto a las emisiones de carbono que se le aplicaba a las empresas más contaminadoras en ese país.
En general, los negociadores, entre entusiastas e incrédulos, reflejan una leve esperanza de que se llegue a un acuerdo positivo, pero habrá que esperar a la semana que está por empezar, cuando los negociadores muestren sus cartas sobre la mesa.