Sin la estridencia de las proclamas políticas en contra del sistema económico que se escucharon en la víspera en el mitín de la Plaza San Martín, los representantes de la Cumbre de los Pueblos entregaron ayer al presidente de la COP 20, el ministro del Ambiente, Manuel Pulgar vidal, la Declaración de Lima, documento que sintetiza las propuestas para frenar el cambio climático desde las organizaciones sociales y la sociedad civil. 

Pulgar Vidal se comprometió a revisar el documento y tratar, en la medida de lo posible, de incorporar algunas de esas propuestas a las ya complejas negociaciones oficiales. Luego se excusó por tener otras reuniones y encargó a sus dos viceministros escuchar a los representantes de la Cumbre.

En la comitiva de catorce representantes estuvieron presentes Antolín Huáscar (Confederación Nacional Agraria), Rocío Valdeavellano (MOCCIC), Rosa Guillén (Género y Economía), Juan Jose Gorriti (CGTP) y Lourdes Huanca (Federación Nacional de Mujeres Campesinas), así como tres representantes internacionales: el portugués Daniel Angelim (International Trade Unión Confederation) y los franceses Text Ercheverry y Jacqueline Balvet (Coalition Climat 21), entre otros. 

Pese a que en el documento incluye frases como "Nos reunimos para seguir debatiendo y compartiendo las múltiples formas de lucha y resistencia por la construcción de la justicia social, contra el sistema capitalista patriarcal, racista y homofóbico", no se escuchó a ninguno de los representantes reproducir verbalmente el que parece ser el espíritu político de sus propuestas. Al final, más bien, la reunión se trató más de pedidos concretos sobre una agenda local importante, pero relacionados sólo de forma indirecta respecto al cambio climático. 

Más allá de su posicionamiento ideológico, la Declaración de Lima establece una agenda local concreta relacionada con la criminalización de la protesta social, la titulación de las tierras, el respeto a las formas de vida, la cultura y autodeterminación de los pueblos originarios. 

El documento aboga también por la defensa de los ecosistemas, los bofedales, humedales, altas montañas, cuencas, lagos, ríos, manantiales, entre otros. Demanda también a los estados abrir un debate con la sociedad civil sobre las emisiones de gases de efecto invernadero "netas evitadas", e interpela al Gobierno peruano por el denominado "paquetazo ambiental"

Más específicamente con respecto al cambio climático, los planteamientos de la Declaración son consistentes con algunos de los puntos que se discuten en la COP20. Se exige responsabilidades diferenciadas de los países desarrollados, y que empresas como Newmont, Doe Run y Chevron Texaco se responsabilicen por los daños ambientales que han causado. . 

A continuación, la declaración de Lima de la Cumbre de los Pueblos. 


CARTA A LAS PARTES

Antes de la reunión, en los pasadizos de las instalaciones de la COP20, la directora de MOCCIC (Movimiento Ciudadano Fente al Cambio Climático), Rocío Valdeavellano, aprovechó para entregarle a Richard Kinley, secretario ejecutivo adjunto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, una "Carta a las Partes". En ella se solicita que figure en el borrador del acuerdo que debe emerger de la COP mecanismos para una reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, bajo un esquema de revisiones periódicas, de al menos 40 a 50% en relación a las de 1990 para el año 2020, con proyecciones de llegar al 85 a 95% para el 2050. Además, la Carta pide que el borrador incluya la transferencia de tecnología adecuada para la mitigación y adaptación sin la aplicación de derechos de propiedad intelectual, y la implementación de mecanismos de compensanción por pérdidas y daños aprobado en la COP19, entre otras demandas específicas.