Finalmente, poco después de la 1 de la madrugada de este domingo, los negociadores de la COP20 aprobaron el borrador de texto entregado por el presidente del evento, Manuel Pulgar Vidal.

Tras una hora en la que revisaron el texto, cuando se retomó la Plenaria no hubo objeciones a la propuesta y el ministro del Ambiente peruano dio el martillazo que era la señal del fin de la cumbre. "Damos por aprobado el documento. Con sacrificio conseguimos nuestro objetivo ", dijo.

El documento –el quinto en Lima sobre la Plataforma de Durban– denominado 'Llamado de Lima para la Acción Climática' establece las bases para el acuerdo global que deberá firmarse en la Cumbre del Clima que se llevará a cabo en París en diciembre del 2015.  

Según el texto, todos los países deberán presentar a la ONU, antes del 1 de octubre del 2015, compromisos "cuantificables", "ambiciosos" y "justos" de reducción de gases de efecto invernadero e información detallada de las acciones para lograr que esa disminución se cumpla.

El otro avance del acuerdo de Lima es que tras la presentación de esos compromisos, la secretaría de la Convención de Cambio Climático analizará el impacto de las contribuciones nacionales para estimar si son suficientes para que la temperatura del planeta no supere más de 2ºC a finales de siglo. 

Los otros temas clave que sobresalen son la eliminación de la revisión ex ante, un cambio en la INDC (los compromisos que cada nación asumirá en respuesta al cambio climático) y un mayor énfasis en las finanzas.

Al que madruga...

En una rueda de prensa, convocada a las 2:30 de la madrugada, el ministro peruano del Ambiente dijo que los compromisos que presenten los países van a mostrar "si hay brechas o no" y de haberlas "cuál es su magnitud", al señalar que permitirán avanzar en la vía hacia "el análisis de las emisiones".

“La decisión de Lima es sólida no solo porque cumplió los mandatos que le estableció la COP19 de Varsovia, sino porque a su vez aprobó en Lima el borrador que contiene los elementos para la negociación, cosa que nunca antes había ocurrido. A su vez, fortaleció la adaptación en las contribuciones nacionales –que son los programas que los países deben presentar el próximo año- y también los mecanismos de financiamiento, tanto en el documento aprobado como en otras decisiones”, explicó Pulgar Vidal.

"En el tema de 'pérdidas y daños' (loss and damage) –mecanismo creado en el 2013 para situaciones en las que los impactos del cambio climático son tan grandes que exceden las capacidades de las poblaciones de enfrentarlos– se ha logrado aprobar tanto el plan de trabajo inicial de dos años, como la composición del Comité Ejecutivo", agregó.

Con respecto a los temas de adaptación, se dieron avances para reforzar los Planes Nacionales de Adaptación (NAP), que cada país debe tener para que todas las acciones que se llevan a cabo en sus diferentes sectores, respondan a una planificación de país y así articular su trabajo. Los avances permitirían que los países menos desarrollados y aquellos en vías de desarrollo, puedan acceder a financiamiento para el desarrollo de sus NAP y para la ejecución de las actividades que en ellos se identifiquen.

Por su parte, la secretaria de la Convención de Cambio Climático de la ONU, Christiana Figueres, resaltó que el documento aprobado subraya que "la adaptación y la mitigación deben estar juntas en pie de igualdad". Indicó que se ha dado un nuevo "entendimiento de las responsabilidades comunes aunque diferenciadas", que ha sido uno de los temas más difíciles en los debates, y que tiene que ver con la responsabilidad histórica innegable de los países industrializados que son los que más contaminan.

Asimismo, destacó que el Fondo Verde, cuya meta antes de la COP20 era alcanzar los US$10 mil millones, sumara US$10,200 millones al término de la cumbre.

Para Laurent Fabius, ministro de Relaciones Exteriores de Francia, país organizador de la COP21 en diciembre del 2015, "la esperanza de un éxito en París se acerca".

Poco antes, el enviado de Estados Unidos, Todd Stern, había advertido que un fracaso de las negociaciones 'resultaría muy perjudicial para los intentos de contener el calentamiento global', causante de efectos climáticos como grandes tormentas, inundaciones, derretimiento de glaciares, sequías y otros fenómenos extremos que golpean duramente a los países pobres y las poblaciones más vulnerables.

Frentes abiertos

Como ha reconocido el propio Pulgar Vidal, el texto no es el mejor, pero supone un avance. Hay algunos frentes abiertos, y en opinión de algunos analistas es un acuerdo débil.

Luego de una rápida mirada al documento se puede deducir que apaciguaría a los países en desarrollo, como China e India, preocupados por el hecho de que los borradores anteriores imponían una carga demasiado pesada para las economías emergentes en comparación con los ricos, en un esfuerzo global para hacer frente al cambio climático.

El Grupo Africano (Zimbabwe, Uganda, Ruanda, entre otros), AOSIS (la asociación de pequeñas islas Estado: Cuba, Guyana, Surinam, entre otros) y los PMA (países menos adelantados: Burkina Faso, Haití, entre otros) estarían algo satisfechos con el mayor reconocimiento de la adaptación y la pérdida y el daño en este texto. Sin embargo, su inclusión en el preámbulo disminuye su potencial de convertirse en una conducción en el acuerdo del 2015.

Las conversaciones continuarán en febrero, con miras a la COP21.

Este es el borrador aprobado. 

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