Desde la inauguración de la vigésima Conferencia de las Partes (COP20), el 1 de diciembre, hubo preguntas sobre si terminaría el viernes 12. Los periodistas y observadores con experiencia en COPs no descartaban que terminase un día después debido a todo lo que había por discutir. Pasó la primera semana y hubo muy pocos avances, lo que fue señalado el sábado 6 por los observadores agrupados en ONG. En contraparte, dos días después, el lunes 8, el ministro del Ambiente y presidente de la COP20, Manuel Pulgar Vidal, y la secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC por sus siglas en inglés), Christiana Figueres, dieron una conferencia llena de entusiasmo y anunciaron que la COP terminaba el viernes a las 6 de la tarde. Muchos salieron de la sala de conferencia incrédulos porque hasta ese momento no había luces verdes.

Tanto que cuando esta semana llegó a Lima el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, lo primero que hizo fue instar a las Partes a que actúen de manera inmediata para llegar a un acuerdo de consenso. Todos los medios resaltaron su discurso, y hasta hubo un ligero entusiasmo entre los escépticos. Su presencia fue importante, por supuesto, y también lo que dijo, que no era algo nuevo sino más bien un refuerzo de lo expresado en la Cumbre de Nueva York en setiembre pasado. 

Pero pasaron las horas y no ocurrió nada extraordinario. Rajendra Pachauri, el presidente del IPCC, nuevamente recurrió al resumen del quinto informe de su institución. Quienes escuchamos su discurso y hablamos con él quedábamos perplejos otra vez al reflexionar sobre lo que está ocurriendo con nuestro planeta en cuanto a efectos del cambio climático. Muchos aplausos, pero tal vez no todos los negociadores han revisado el documento. Pero un suceso de la segunda semana de la COP fue el arribo del secretario de Estado de EEUU, John Kerry. Más allá del despliegue logístico y de seguridad en torno a él, su presencia tuvo la mayor resonancia política. Dijo que la lucha contra el cambio climático es algo imperativo porque la ventana de oportunidad se está cerrando rápidamente y la solución pasa por las políticas energéticas. “Debemos tomar acciones concretas y tener medidas ambiciosas. El acuerdo en París no es una opción, es una necesidad imperativa”.

Sábado de gloria

No obstante lo anterior, las negociaciones –que son intensas– siguieron estancadas y agotadoras (y desesperanzadoras entre los observadores y periodistas) debido a demasiados entrampamientos. Así, por más intentos del ministro Pulgar Vidal (el jueves pidió a los copresidentes de la cumbre elaborar un texto "más breve y centrado en los elementos clave que se necesitan abordar"), ayer no pudo cerrarse el telón de esta COP.

“Las cuestiones financieras todavía siguen en el aire”, dijo ayer, e instó a los países a seguir con las negociaciones para tener un resultado al final del día, pero fue inútil. La plenaria se suspendió en la madrugada de hoy y se retomará a las 10:30 de la mañana.

Piedras en el zapato

Los puntos más espinosos de la negociación giran en torno al tipo de información que deben presentar los países en sus contribuciones sobre reducción de emisiones de gases invernadero para que estas metas puedan ser cuantificables y comparables.

Las ayudas que deben concederse a los países pobres y en desarrollo para hacer frente a los efectos del cambio climático también están en el centro de las negociaciones.

En una rueda de prensa, la ministra alemana del Medio Ambiente, Barbara Hendricks, adelantó que el acuerdo de Lima contiene "progresos considerables" y "será un buen punto de partida" para desarrollar el acuerdo de la COP21 del 2015 en París, pero lamentó que aún no haya consenso en darle naturaleza vinculante ni tampoco en la financiación de acciones ante el cambio climático.

Falta poco

"Estamos casi ahí. Tenemos que dar ese último apretón para tomar decisiones políticas. No hay motivo para interrumpir el proceso y posponer nuestra decisión. Estoy seguro que, de esta forma, vamos a encontrar soluciones al proceso", afirmó el presidente de la COP20.

Hoy habrá que esperar, estar al tanto de las pantallas desplegadas en los espacios en los que se lleva a cabo la convención y ver qué anuncios preliminares hay de las negociaciones. Muchos ya regresaron a sus países. Aparte de los negociadores, hay un buen número de observadores y periodistas que se debaten entre la esperanza y el escepticismo.