El ministro del Ambiente y presidente de la COP20Manuel Pulgar Vidal,  ha defendido –como es lógico– el acuerdo aprobado en la madrugada del domingo 14 de diciembre, en cuya consecución ciertamente él tuvo mucho que ver: su intervención fue crucial para sortear los entrampamientos entre los negociadores que dificultaban lograr un consenso. El mérito es suyo y así lo han reconocido funcionarios de la ONU, negociadores, observadores, organizaciones no gubernamentales y periodistas que hemos cubierto la conferencia. Cuando la mañana del sábado seguían las discusiones, una observadora alemana me confesó su gran temor de que las Partes no se pusieran de acuerdo y que primaran intereses particulares o 'corporativos', pero también me expresó su confianza en que “el presidente [de la COP] tomara cartas en el asunto y ayudara a solucionar esto”. Y no era la única en el Pentagonito que esperaba la actitud que finalmente tomó Pulgar Vidal y que le valió los aplausos en la Sala Lima.

foto: COp20.pe

Pasada la euforia inicial, el ministro sigue entusiasmado y ha dado conferencias de prensa y algunas declaraciones a medios de comunicación. En conversación con LaMula.pe explicó los puntos favorables de lo consensuado en Lima, y cuando se le preguntó por las críticas al acuerdo afirmó que éstas “provienen de quienes no conocen el proceso”.

“Los avances logrados por el Perú no solo allanan el camino del Acuerdo que se alcanzará en París el 2015, sino que a su vez dan esperanza al mundo sobre la posibilidad de enfrentar hoy, con decisión y voluntad política, las consecuencias del cambio climático”, escribe hoy en La República

En esos mismos términos, el Comisario Europeo de Energía y Clima, Miguel Arias Cañete, valoró “la flexibilidad” que han mostrado las Partes para que las negociaciones, que estuvieron permanentemente bloqueadas hasta apenas dos horas antes de concluir la COP20 (y cuya preocupación manifestó a LaMula.pe), “salieran adelante”. Para el español, esta flexibilidad es una señal positiva para avanzar y adoptar un acuerdo global de lucha contra el cambio climático en diciembre del próximo año.

Y como ha comentado Pulgar Vidal, la mayoría de los líderes de las delegaciones nacionales han resaltado favorablemente el 'Llamado de Lima para la Acción Climática'. El enviado de Cambio Climático de la Administración Obama, Todd Stern, afirmó que facilita “una estructura de trabajo para continuar trabajando en el acuerdo de Francia.

Aplausos, pero ...

El documento aprobado presenta muchas referencias a los 'elementos' que deberá contener ese futuro acuerdo el próximo año, pero sin concretarlos. “Quedan muchos frentes abiertos y mucho trabajo por delante para que París sea un éxito”, asegura Teresa Ribera, directora de The Institute for Sustainable Development and International Relations (IDDRI), uno de los principales lobbies climáticos europeos.

Del acuerdo de Lima –agrega– se desprende que no será posible culminar el trabajo en París sin antes abordar con rigor qué significa la equidad y la necesaria diferenciación entre países, en sus aportaciones y sus necesidades de apoyo. "Se requiere un cambio profundo en las señales que orientan las inversiones y el modelo de desarrollo; se requiere mostrar cómo poder alcanzar la cifra de US$100,000 millones anuales disponibles para financiar un desarrollo bajo en carbono y resiliente a los efectos del cambio climático", detalla.

FOTO: COP20.PE

Para Caty Arévalo, periodista española especializada en medio ambiente y corresponsal de EFE en la COP20, “Lima deja abierta la fórmula jurídica que tendrá el futuro acuerdo, aunque propone tres opciones –'protocolo', 'instrumento legal' o 'resultado acordado'. Y se dice que deberá ser un pacto 'equilibrado y de equidad', que contenga responsabilidades comunes pero diferenciadas, sin embargo no detalla cómo se va articular esa diferenciación”.

“La condición de 'borrador' del documento es lo que aún debilita el compromiso de las partes. No hay objetivos claros, ni plazos concretos, ni acciones determinadas. Se trata de un documento con algunas 'consideraciones' e 'invitaciones'”, señala Tais Gadea, periodista argentina experta en medio ambiente de Sustentator.com.

En opinión del colombiano Manuel Rodríguez Becerra, especialista en gestión ambiental, en Lima no se lograron despejar las grandes incertidumbres existentes sobre la Cumbre de París. “La evolución de las negociaciones y los desacuerdos entre los países desarrollados y en desarrollo, que se reiteraron en Lima, bien podrían conducir a que no se logren los compromisos requeridos para que el aumento de la temperatura media de la superficie de la Tierra no pase el umbral de 2ºC”.

De hecho, el documento aprobado plantea desarrollar un mecanismo internacional para pérdidas y daños asociados con los impactos del cambio climático, e implementar la financiación a la adaptación, pero no cuenta cómo ni presenta una hoja de ruta para alcanzar los US$100,000 millones comprometidos por los países en esta última materia para el 2020. Tampoco aclara –a decir de Arévalo– qué va a hacer la ONU si al contabilizar los compromisos de reducción que le presenten los países detecta que son insuficientes para que la temperatura global no supere esos 2ºC, que podrían convertir el planeta en un lugar inhabitable según los científicos.

FOTO: COP20.PE

“El documento aún no termina de expresar los intereses y las necesidades absolutas de todos los bloques, ni de brindar soluciones certeras al cambio climático. El primer paso está hecho, el trabajo de análisis, discusión y mejora comenzó. El objetivo último es que el acuerdo de París sea realmente una manifestación de real compromiso político para empezar a realizar acciones frente al cambio climático”, anota Gadea.

Aunque Pulgar Vidal señala que el 'Llamado de Lima a la Acción Climática' es vinculante y obliga a las naciones a presentar a inicios del próximo año sus contribuciones para reducción de emisiones, para Antonio Cerrillo, periodista especializado en medio ambiente del diario español La Vanguardia, “el pacto de Lima es pobre porque los países únicamente son invitados (no obligados) a presentar sus planes para limitar las emisiones de gases (antes del 31 de marzo) pero sin que se concrete cómo deben dar esa información (de cara la conferencia de París). Y, además, porque China se ha negado a que se aplique un sistema estricto para verificar y examinar las promesas antes de París”.

En Lima quedó claro –subraya Rodríguez– que los países desarrollados siguen evadiendo el tema de la financiación, así hayan hecho ruido con las anunciadas contribuciones económicas, de lejos insuficientes, y sin aquella no será dable pensar en un acuerdo con dientes en la Cumbre de París.

La brasileña Daniela Chiaretti, reconocida periodista con amplia experiencia en COP, no oculta su escepticismo. "La única buena señal es que el borrador del acuerdo climático global está sobre la mesa. Pero es un texto débil", sentencia. 

Han pasado dos días de la maratónica clausura de la COP20, pero seguirá en agenda. Es necesario seguir conociendo las opiniones a favor y en contra; estas últimas no son críticas al aire, pues el propósito es identificar las debilidades del documento que pueden ser mejoradas. Tampoco son hechas por gente que desconoce el tema.

“El presidente de la Cumbre, Manuel Pulgar Vidal, despedía la reunión afirmando que el 'Llamado de Lima para la Acción Climática' da esperanza al mundo, pero como ha reconocido Christiana Figueres, secretaria de la Convención de Cambio Climático de la ONU, 'queda mucho por hacer' para que el acuerdo del 2015 sea efectivo para afrontar este problema”, recuerda Caty Arévalo.


(Foto portada: Catálogo Debelare.es)


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